- Soluciones personalizadas para cada necesidad.
Por Tufic Yussef Jacobo Saade*
El blindaje automotriz ha evolucionado de ser una solución estandarizada y casi exclusiva para figuras del ámbito político o empresarial, a convertirse en una herramienta versátil y accesible para una amplia gama de usuarios. Desde empresarios y periodistas hasta familias que enfrentan entornos de riesgo, la demanda de soluciones personalizadas en blindaje tiene hoy el foco. Sin embargo, esta tendencia plantea un reto fundamental: lograr un equilibrio entre las necesidades del cliente y los parámetros técnicos de seguridad, sin perder objetividad ni comprometer la integridad del sistema de protección.
Una de las principales características del blindaje automotriz moderno es su capacidad de adaptarse. Cada proyecto puede y debe analizarse con base en tres factores: el nivel de riesgo real, la operación cotidiana del vehículo y el presupuesto disponible. De esta manera, los blindadores podemos ofrecer soluciones que protegen, pero también respetan las expectativas y el estilo de vida del usuario. Pero es justo en ese proceso donde enfrentamos uno de los desafíos más complejos: explicar con claridad qué se puede hacer, qué se debe hacer y, sobre todo, qué no se debe hacer.
Es común que algunos clientes lleguen con una idea muy clara o influenciada por contenidos de redes sociales o películas sobre cómo debe verse y funcionar un vehículo blindado. A veces, buscan niveles de protección excesivos para su perfil de riesgo, o piden integrar características que, aunque atractivas, podrían poner en entredicho la efectividad del blindaje. Es en ese punto donde la labor del especialista cobra un rol por demás protagónico: traducir la necesidad en una propuesta viable, sin ceder a la tentación de cumplir a toda costa lo que el cliente «quiere», si eso compromete su seguridad.

El objetivo del blindaje de autos no es simplemente detener proyectiles; es mantener la vida del ocupante a salvo en un evento de riesgo. Por eso, cada decisión técnica debe sustentarse en pruebas balísticas, análisis estructural y experiencia. El uso de materiales certificados, la integración con los sistemas originales del vehículo y el cumplimiento de las normativas vigentes son aspectos que deben mantenerse como principios inquebrantables. Incluso la elección del nivel de blindaje –desde un nivel NIJ III-A para riesgos urbanos comunes hasta niveles más altos para amenazas específicas– debe hacerse con responsabilidad, con base en datos, no en percepciones.
En México, se blindan de manera legal y regulada cerca de 3,000 vehículos al año, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de la Industria de la Balística (CNB). Esta cifra refleja no sólo una mayor conciencia sobre la seguridad, sino también una industria que ha sabido crecer con profesionalismo, adaptándose a nuevas necesidades sin comprometer los estándares.
La industria ha aprendido a ser flexible. Hoy contamos con tecnologías de blindaje más ligeras, soluciones modulares y procesos de instalación que permiten mantener la estética, funcionalidad y desempeño del vehículo sin sacrificar la protección. Hay opciones para quienes necesitan discreción, para quienes valoran el confort, e incluso para quienes buscan soluciones temporales o flotillas completas. La clave está en diseñar a partir del usuario, con la guía de la ingeniería y la experiencia.
Desde la Comisión de Blindaje Automotriz del Consejo Nacional de la Industria de la Balística (CNB), hacemos votos para que el proceso de blindaje se realice bajo estándares éticos y técnicos rigurosos. Parte de nuestra labor es justamente educar al cliente: mostrarle que su seguridad debe sustentarse en decisiones informadas, no en suposiciones. También impulsamos la certificación de talleres, la profesionalización del personal y el uso de materiales balísticos que hayan sido sometidos a pruebas reconocidas internacionalmente.
El futuro del blindaje automotriz se construye a partir de la tecnología, pero se sostiene en la responsabilidad. Solo con esa base firme podremos seguir ofreciendo soluciones personalizadas que verdaderamente salvan vidas, sin comprometer la integridad, la confianza ni la eficacia que esta industria representa.

*Tufic Yussef Jacobo Saade, delegado de la Comisión de Blindaje Automotriz del Consejo Nacional de la Industria de la Balística (CNB).