Seguridad privada. Siete factores de riesgo psicosocial

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*Alfredo Yuncoza / Presidente del Hispanic Advisory Board de IFPO

Caracas, Venezuela.- Los riesgos psicosociales son aquellos que afectan a la salud mental y emocional de los trabajadores, y que pueden derivar en estrés, ansiedad, depresión, burnout o violencia laboral. El personal de seguridad privada está expuesto a varios factores de riesgo psicosocial, debido a la naturaleza de sus actividades, que implican vigilancia, protección, control, prevención y respuesta ante situaciones de amenaza o conflicto. A continuación, vamos a describir algunos de estos factores, así como sus posibles consecuencias y medidas de prevención.

El primer factor de riesgo psicosocial es la exposición a situaciones de violencia física o verbal, tanto por parte de personas ajenas como de clientes o compañeros. Estas situaciones pueden generar miedo, angustia, ira o rechazo, y afectar a la autoestima, la confianza y el rendimiento de los trabajadores. Además, pueden provocar lesiones, traumatismos o enfermedades físicas que dificulten el desempeño laboral. Para prevenir este factor, es importante contar con protocolos de actuación ante situaciones de violencia, así como con equipos de protección personal adecuados. También es fundamental ofrecer apoyo psicológico y asesoramiento legal a los trabajadores que hayan sufrido o presenciado algún episodio violento.

El segundo factor de riesgo psicosocial es la presión por cumplir con los objetivos y las normas establecidas por la empresa o el cliente, que pueden ser exigentes, cambiantes o poco claras. Esta presión puede generar ansiedad, estrés o frustración, y afectar a la satisfacción, el compromiso y la calidad del trabajo. Puede aumentar el riesgo de cometer errores, incumplir las normas o actuar de forma imprudente. Para prevenir este factor, es significativo definir los objetivos y las normas de forma clara, realista y consensuada con los trabajadores. Además, es necesario ofrecer formación continua, retroalimentación constructiva y reconocimiento al trabajo bien hecho.

El tercer factor de riesgo psicosocial es la falta de autonomía, participación o reconocimiento en el trabajo, que puede generar sensación de desvalorización, impotencia o frustración. Esta falta puede afectar a la motivación, la iniciativa y la creatividad de los trabajadores. Igualmente, puede reducir el sentido de pertenencia, la identificación y la lealtad con la empresa o el cliente. Para prevenir este factor, es sustancial fomentar la participación de los trabajadores en la toma de decisiones que les afecten, así como en la propuesta de mejoras o soluciones. También es necesario respetar su autonomía y criterio profesional dentro de los límites establecidos. De esta manera, es fundamental valorar y reconocer el trabajo realizado por los trabajadores.

El cuarto factor de riesgo psicosocial es la inestabilidad laboral, la precariedad contractual o la falta de oportunidades de desarrollo profesional, que pueden afectar a la seguridad y la motivación de los trabajadores. Esta inestabilidad puede generar incertidumbre, inseguridad o desesperanza sobre el futuro laboral. También, puede dificultar el acceso a beneficios sociales o laborales que mejoren las condiciones de trabajo. Para prevenir este factor, es clave garantizar unas condiciones laborales dignas y estables para los trabajadores. Igualmente es necesario ofrecer oportunidades de promoción profesional dentro de la empresa o el sector. Igualmente, es fundamental facilitar la formación continua y el reciclaje profesional.

El quinto factor de riesgo psicosocial es la sobrecarga o el desequilibrio entre las demandas y los recursos del trabajo, que pueden provocar fatiga, agotamiento o estrés. Esta sobrecarga puede afectar al rendimiento, la concentración y la atención de los trabajadores. Puede aumentar el riesgo de sufrir accidentes, enfermedades o trastornos musculoesqueléticos. Para prevenir este factor, es importante ajustar las demandas y los recursos del trabajo a las capacidades y necesidades de los trabajadores. Se requiere establecer un ritmo y una organización del trabajo que permitan alternar periodos de actividad y descanso. Por otra parte, es fundamental promover hábitos saludables de alimentación, hidratación, ejercicio y sueño.

El sexto factor de riesgo psicosocial es la falta de apoyo social, tanto por parte de los superiores como de los compañeros, que puede dificultar la resolución de problemas, el aprendizaje o la adaptación al trabajo. Esta falta puede generar aislamiento, soledad o desconfianza, y afectar al clima laboral, la comunicación y la colaboración entre los trabajadores. Puede disminuir el apoyo emocional, la ayuda mutua o el intercambio de experiencias que faciliten el afrontamiento del estrés o la violencia. Para prevenir este factor, se debería fomentar el trabajo en equipo, la cooperación y la solidaridad entre los trabajadores. También establecer canales de comunicación eficaces, fluidos y respetuosos con los superiores y los compañeros. No debe olvidarse que es fundamental crear un ambiente laboral positivo, cordial y de confianza.

El séptimo factor de riesgo psicosocial es la dificultad para conciliar la vida laboral y personal, debido a los horarios irregulares, rotativos o nocturnos, que pueden alterar el sueño, el descanso y las relaciones familiares o sociales. Esta dificultad puede generar estrés, insomnio o trastornos del sueño, y afectar al estado de ánimo, la salud y el bienestar de los trabajadores. Además, puede reducir el tiempo y la calidad de las actividades de ocio, recreación o cuidado personal que contribuyen al equilibrio psicológico. Para gestionar eficientemente este factor, es importante respetar los derechos laborales relacionados con el tiempo de trabajo, el descanso y las vacaciones. También es necesario adaptar los horarios a las preferencias y necesidades de los trabajadores, siempre que sea posible. Asimismo, es fundamental facilitar la flexibilidad horaria y la conciliación familiar.

Para prevenir estos riesgos psicosociales, es necesario adoptar una perspectiva integral que considere tanto los aspectos organizativos como los individuales y colectivos del trabajo. Es decir, es necesario intervenir tanto sobre las condiciones y la organización del trabajo, como sobre las actitudes, los comportamientos y las competencias de los trabajadores y sus superiores. Además, es necesario involucrar a todos los agentes implicados en la prevención de estos riesgos, como son la empresa, el cliente, los representantes sindicales, los servicios de prevención y los propios trabajadores. Así, se podrá lograr una mejora continua de las condiciones de trabajo y del bienestar de los trabajadores.

*Alfredo Yuncoza

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  • Caracas, Venezuela
  • Presidente del Hispanic Advisory Board de IFPO.
  • Presidente del Security College US.
  • Director Senior de Smart Risk Consulting.
  • Presidente de Arcus Group C.A.
  • E-mail: ayuncoza@gmail.com 
  • X: @alfredoyuncoza

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